lunes, 18 de enero de 2016

El Amor, por Alberto Thirion




    ..."El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama"... 
    José Ortega y Gasset 1883-1955. Filósofo y ensayista español
     

    El Árbol de la Vida, un óleo de Alberto Thirion
     


    La filosofía de Hegel asevera que la unidad que sienten los amantes es efectiva-mente su verdadera realidad.
    Por medio de ella cobran conciencia de sí (nos dice) por primera vez y, en consecuencia, trascienden la alineación metafísica que les impide a los amantes estar en contacto con su ser último.
    Hegel negó que tuviera sentido apelar a un Dios que no estaba presente en la naturaleza misma.Como el Dios (o el espíritu absoluto)en el que Hegel creía era pura bondad, igual que el Dios cristiano.


    Los rasgos que resultan de la fusión de hombres y mujeres enamorados, tal como concibe Schlegel, difieren también de lo que describió Kant.
    Shlegel que la naturaleza dotó a las mujeres de un temperamento pasivo ajeno a la energía dinámica de los hombres.A diferencia de otros que insistieron en este tipo de distinción entre los sexos, cree que la pasividad de la mujer es la base de su fuerza.


    La asocia con aspectos vegetativos que los hombres no logran comprender.La capacidad intuitiva de amar que atribuye a las mujeres es resultado de su relación más próxima con el principio orgánico que subyace a toda creatividad.
     
    ..."La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora"... José Ortega y Gasset 1883-1955. Filósofo y ensayista español
    Al ser pasivas, saben como someterse a la naturaleza y por lo tanto pueden disfrutar de las virtudes del ocio y del amor tranquilo.


    Al fusionarse con ellas los hombres aprenden que esforzarse y hacer es menos importante que ser.
    Y que la determinación masculina es menos valiosa que la abnegación femenina.La actividad inquieta, que Schlegel llama"barbarie nórdica"
    , se convierte mediante el proceso de amar en"la tranquilidad sagrada de la verdadera pasividad".


    En palabras que ninguno de los dos filósofos de siglo XVIII, con la posible excepción de Rousseau, hubiese apreciado plenamente, Schlegel sostiene que"cuanto más divino es un hombre o la obra de un hombre, más se asemeja a una planta;de todas las formas de la naturaleza, ésta es la más moral y la más bella.


    Y así el modo de vida más elevado, más perfecto, no sería en realidad más que un puro vegetar.


    Recuperación de artículos perdidos por Alberto Thirion

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