martes, 19 de enero de 2016

Cuevas y Botero por Thirion ( Segunda parte )

Cuevas y Botero por Thirion ( Segunda parte )

21/01/2012 17:00 1 Comentarios Lectura: 6 min (1645 palabras)
..."Nunca las arañas mean, ni los pericos maman"... Refrán popular


Alberto Thirion
Cuevas y Botero por Thirion ( II )
Botero es más famoso que cuevas.Así por Cuevas, se pierde para Mexico el ser el centro del arte de Latino América.
Así lo dice Wikipedia.Fernando Botero Angulo es un pintor, escultor y dibujante colombiano nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín (Antioquia). Considerado el artista vivo originario de Latinoamérica más cotizado actualmente en el mundo. Icono..
Las figuras emblemáticas del arte latinoamericano actual, dice Mejía, y más adelante afirma
Siempre hubo un denominador común entre los conceptos artísticos y las obras de ambos,
Veta Cuevas a Botero por no reconocerlo
16 Jun 2008 … El pintor mexicano José Luis Cuevas asegura que el colombiano encontró e hizo de la obesidad un estilo gracias a él.
Www.reforma.com/cultura/articulo/446/891885/
Me puse a inbestigar un poco sobre lo que se dice de Cuevas y Botero, esto es lo que hay por ahí.
Sábado 25 de abril de 2009
ESTRAGOS DE LA DIOSA PERRA
CUEVAS EN XALAPA
Nadie sabe cuál artista es más repetitivo y aburridor: Fernando Botero o Cuevas (¿se llama Fernando Cuevas? Ya no me acuerdo). Se está presentando una exposición de grabados o algo así de Cuevas en Xalapa. La sala Ramón Alva de la Canal casi vacía. Los ¿cuadros?, ¿grabados? insisten en repetir los mismos rostros, los mismos cuerpos, las mismas figuras grotescas que lleva décadas vendiendo a algunos ignorantes. La exposición se llama, sospechosamente “Cuados pintados durante el coito” o algo así. Título sospechosamente parecido a los de mis libros Cuentos para después de hacer el amor, Cuenos para antes de hacer el amor, Cuentos EN LUGAR de hacer el amor (El imperio de las mujeres). Rostros inexpresivos, cuerpos deformes. Lo que podría ser una provocación (cuadros en los que se pintaran escenas eróticas de gran intensidad) resulta ser aburridor: nada especial, nada original, una sensualidad aburrida, sosa. Cuevas enamorado le pidió a su nueva esposa que aplicara color y efectivamente en las cuados hay un tono amarillento que se repite como fondo, sin matices. Platiqué con un admirado artista plástico xalapañeno cuyo nombre no registro para no involucrarlo en críticas que podrían perjudicarlo ante la institución en la que trabaja –que fue, de paso, la que trajo a los Cuevas a Xalapa– y él coincidió conmigo: Cuevas ya no experimenta, ya no se arriesga, cayó en la fosa que le abrió la Diosa Perra, la fama. Y sin embargo… fundió una de las estatuas más impresionantes del siglo XX: La Giganta. Me temo que el destino de los que alcanzan la gloria es repetirse, dormirse en los amargos laureles, convertirse en esperpentos sociales.
Publicado por Marco Tulio Aguilera a las 13:47
Etiquetas: Diario de MT, fama, Fernando Botero, Jose Luis Cuevas
Con esto recuerdo queunos días antes de morir Lourdes Chumacero, estando en su Galería de la Zona Rosa, viendo mi obra, dijo lo mismo;”Cuevas es lo mismo y lo mismo”, ella estubo muy interesada en representar mi obra pero falleció, desafortunadamente.
Decía José Luis Cuevas en la Gaceta de Veracruz refiriendose a Fernando Botero: ” Ese es un imbecil, yo no quiero hablar de ese idiota
El artista plástico colombiano Fernando Botero, ha realizado 79 obras sobre la tortura a prisioneros en Abu Ghraib que expone en el museo de la American University en Washington DC. Botero ha declarado que el motivo de la realización de estas obras no es otro que el de “sacarse la rabia” ante una conducta “inaceptable” del Gobierno estadounidense.
Durante la estadía en Washington, Fernando Botero conoció a José Luis Cuevas. Ambos artistas permanecieron allí en contacto permanente durante una temporada, intercambiando ideas y discutiendo conceptos. Cuevas era un artista cuya obra, ya definida por el enfoque particular con que acometía su temática, estaba a punto de sufrir un cambio notable en su estructura plástica. Un dibujo suyo fechado el 29 de marzo de 1957, titulado Mujer y hombre observando un trozo de carne, nos presenta claramente esta transición: mientras el tronco de la mujer a la izquierda es una mancha que apenas sugiere volumen, tanto sus extremidades como el delineamiento del rostro poseen la expresa debilidad y roto esquematismo del período que empezaba a superar; por su parte, el robusto hombre de la derecha era de un volumen y un peso tremendamente densos como los que han caracterizado a sus dibujos desde entonces. Botero y Cuevas coincidían en el momento, no sólo en el carácter transitorio de sus trabajos, sino en la búsqueda que ambos realizaban (Botero a partir de Piero y Cuevas a partir de su recién descubierto Mantegna) para dotar a sus figuras de la fuerza plástica que convenía a sus propósitos expresivos. El hombre del dibujo mencionado de Cuevas y el personaje de Botero en El festín de Baltasar, se parecían de muchas maneras en su aspecto exterior. No así en su interior, en el concepto que separaba a uno del otro: mientras la figuración de Cuevas se cargaba de pathos, Botero ya daba señales de su objetividad inconmovible (12) . De Washington el colombiano pasó a Nueva York para conocer el ambiente de una ciudad que ya era el centro indiscutible del arte contemporáneo del mundo capitalista, quitándole tal privilegio a París. Aunque ya estaba declinando nacionalmente, 1957 fue el año en que el expresionismo abstracto de De Kooning, Pollock y Kline alcanzo la cumbre de sus repercusiones mundiales. El Botero que cuatro años antes estuvo en París y que se permitió ignorar a Soulage y Hartung, resultó ahora sacudido por las obras de los norteamericanos. En el fondo, todavía estaban presentes en él aquel romanticismo torturado de sus comienzos y cierta inclinación por el expresionismo. En De Kooning, el pintor que más lo atrajo, Botero encontró realizado plenamente lo que en Nolde y Orozco se cargaba de excesos dramáticos.
Reflexiones sobre el arte contemporáneo
Creo que estos son los puntos más interesantes de este escrito:
En La enana (1957) Botero trabajó cautelosamente procurando evitar esta inconsistencia, pero no llegó muy lejos. Sin embargo, en esta pintura se manifestó como hecho importante su alejamiento de Obregón. Alejamiento manifiesto en el abandono de la fragmentación de pianos que, a la manera de Braque, situaban en el exterior todos los detalles de la composición. En La enana, la cabeza era del tamaño del tórax, pero las partes del rostro guardaban una relación normal entre ellas. La altura se acortaba por la expansión de la forma hacia los lados, pero esta expansión era tímida y ambigua, soslayando la posibilidad de que la masa adquiriera la forma que exigía la tremenda gravedad de su peso. Botero encontró, en este punto de su trayectoria, que todo el empeño lo había conducido a una zona, nunca prevista, en la que florecían lo monstruoso y lo feo. Su primera reacción fue de rechazo al sistema plástico que le daba su razón de ser a estas criaturas. De allí que La enana nos parezca sentada pero de un modo que el escorzo no define muy claramente. Un recurso para presentar, justificar y negar a un mismo tiempo su estructura anatómica. Como consecuencia de este rechazo, el título de la obra se puede entender entonces como un pretexto literario, tras del cual se escudaba el artista para explicarnos, en un arranque naturalista sin fundamento, la deformación evidente. La preocupación por eludir el feísmo la resolvió Botero con el uso decorativo del color y con un inexplicable alejamiento, en el caso de La enana, de las posibilidades monumentales que el hallazgo inicial ofrecía teóricamente. Fue este el origen del nuevo período cromático que entonces se inició y del énfasis fallido con que pretendió naturalizar ese humor que ya era inherente a su figuración. Del mismo modo que en La enana trató de normalizar las deformaciones contrapuntísticas, en Don Nuño Bufón (1957) se propuso darle origen a la sonrisa espontánea que siempre acogía sus pinturas.
12 El encuentro de los dos artistas en Washington y a gran aproximación formal entre sus obras durante el período expresionista de Botero, 1959-1962, ha dado origen a especulaciones según las cuales la figuración del colombiano se derivé de la del mexicano. En la edición de México en la Cultura, Suplemento de Siempre, de marzo 10 de 1971. CUEVAS declaró refiriéndose al año 1958: “Por esa época empecé a ejercer influencia. El colombiano Fernando Botero, por ejemplo, ‘estrené’ su conocido estiló después de ver una exposición mía en Nueva Nork en la que presenté mi Homenaje a Mantegna. Después Botero recibirla la influencia hasta de ‘oídas’, pues constantemente se informa de lo que estoy dibujando”. Creo que el análisis detenido de la trayectoria de Fernando Botero que aquí ensayo, desvirtúa ampliamente la megalomaníaca acusación del mexicano.
Bueno, muy bien y que es lo que dice la gente?que es lo que opina el pueblo?
por que esto es lo realmente importante, El pueblo siempre tiene la razón.
Pregunta;Tu consideras el trabajo de Jose Luis Cuevas como una obra de arte?
Según Cuevas, el estilo pictórico del pintor colombiano Fernando Botero fue adoptado por éste tras inspirarse en unos dibujos de Cuevas que vio en NY. Foto: Archivo/Excélsior
Conforme voy avanzando en mi indagación en torno a la obra de Botero y Cuevas encuentro más cosas sorprendentes, como estas!.
Y es que como dice “Don Toño”, Todo viene del dinero y toda va al dinero;Desde 400 a 450.000 dólares, arte latinoamericano para todos los bolsillos.
En mi opinión como negocio deja mucho que desear, es mejor el Futbol, el Real Madrid, pagó 98.000.000 de euros por Cristiano Ronaldo, esto nos da una idea.
La obesidad, un problema de salud pública en México
De los 32 millones de adultos con sobrepeso en México, cinco millones están en riesgo de convertirse en pacientes diabéticos en los próximos cinco años, según la Organización Mundial de la Salud
Pero a Botero solo le da un gran placer.

Recopilación de artículos perdidos de Alberto Thirion

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